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Julián, un niño de la aldea Mbyá Pindó Poty (El Soberbio, Misiones), que es trasladado e internado por orden judicial en Buenos Aires, es retratado por Ximena Gonzalez en el documental Mal del viento. Mientras los médicos prescriben una cirugía cardíaca, sus padres se niegan a realizarla. El líder espiritual de la comunidad sueña con una piedra en el corazón del niño y pide su regreso a la aldea para curarlo con la medicina del monte. Los medios de comunicación, médicos, funcionarios y caciques hablan por Julián, quien espera una decisión encerrado en una habitación del hospital junto a su familia, lejos del monte y completamente solos, continuando su agonía.

Con producción del Grupo Documenta y el INCAA en coproducción con La Búsqueda Producciones, Mal del viento marcha entre el documental de observación y la construcción polifónica, González registra las instancias del caso que conllevó a un fuerte debate de trascendencia nacional que involucró discusiones de índole religiosas, culturales, sanitarias y bioéticas.