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Cayó la noche y las chicas siguen al frente del escenario de la Terraza. Unidad latinoamericana en sintonía hip-hop: ahora Miss Bolivia (foto) está terminando de agitar su flow callejero sobre las pistas cumbieras & electrónicas de Villa Diamante. Antes, Anita Tijoux celebró el despertar social y generacional en su país, Chile. El público, cada vez más arengado, aplaudió por calor, baile y mensaje. Algunos, con un poco más de frío, curiosean por las salas de Revistas y Escuchá! (¡hay desafíos de Guitar Hero!); la Pelookería, los que arriesgan cambio de look; y la muestra de Alejandro Ros, una buena excusa para recorrer algunos de los discos más importantes del rock local... desde sus tapas.

Volvió y se reivindicó: el año pasado Miss Bolivia estaba cerrando una de las noches del Festival... hasta que se largó una tormenta inolvidable. Doce meses más tarde tuvo revancha junto a su crew (güiro, dos MC's, bailarinas breakdancers del grupo Baby Dragons y la música de Villa Diamante) en compañía de una multitud amuchada: muchas ronditas de baile en la Terraza, al son de la cumbia electrónica y el rapeo con mensaje político (filoso, caliente y callejero) de Paz.

Con contenido similar, aunque dentro de un sonido más clásico de hip-hop, Anita Tijoux hizo lo propio, un rato antes. Presentó temas de su nuevo disco, "La bala" (muy aplaudido "Las cosas por su nombre") y reivindicó el despertar de la juventud chilena, en su lucha por educación gratuita y el respeto por las tierras de los pueblos originarios.

En un rato más, el Festival sigue marchando con Los Umbanda, para mover con su reggae-tropi-core al público de la Terraza.